Restaurado que fue el poder épico, por de Nightwish y Therion la larga gesta, he aquí que numerosas otras bandas sumáronse, y entre ellas, bajo de Waldemar Sorychta la inspiración, inclúyese de Eyes of Eden el poder. ¡Prestad oídos, que "Heaven Sent" de Eyes of Eden por sonar está!
En el disco "Faith", que en el año de gracia de 2007 lanzado fue, este tema podréis encontrar.
martes, 9 de febrero de 2010
sábado, 30 de enero de 2010
Textos Magnos: "A Colón" de Rubén Darío.
¡Desgraciado Almirante! Tu pobre América,
tu india virgen y hermosa de sangre cálida,
la perla de tus sueños, es una histérica
de convulsivos nervios y frente pálida.
Un desastroso espirítu posee tu tierra:
donde la tribu unida blandió sus mazas,
hoy se enciende entre hermanos perpetua guerra,
se hieren y destrozan las mismas razas.
Al ídolo de piedra reemplaza ahora
el ídolo de carne que se entroniza,
y cada día alumbra la blanca aurora
en los campos fraternos sangre y ceniza.
Desdeñando a los reyes nos dimos leyes
al son de los cañones y los clarines,
y hoy al favor siniestro de negros reyes
fraternizan los Judas con los Caínes.
Bebiendo la esparcida savia francesa
con nuestra boca indígena semiespañola,
día a día cantamos la Marsellesa
para acabar danzando la Carmañola.
Las ambiciones pérfidas no tienen diques,
soñadas libertades yacen deshechas.
¡Eso no hicieron nunca nuestros caciques,
a quienes las montañas daban las flechas! .
Ellos eran soberbios, leales y francos,
ceñidas las cabezas de raras plumas;
¡ojalá hubieran sido los hombres blancos
como los Atahualpas y Moctezumas!
Cuando en vientres de América cayó semilla
de la raza de hierro que fue de España,
mezcló su fuerza heroica la gran Castilla
con la fuerza del indio de la montaña.
¡Pluguiera a Dios las aguas antes intactas
no reflejaran nunca las blancas velas;
ni vieran las estrellas estupefactas
arribar a la orilla tus carabelas!
Libre como las águilas, vieran los montes
pasar los aborígenes por los boscajes,
persiguiendo los pumas y los bisontes
con el dardo certero de sus carcajes.
Que más valiera el jefe rudo y bizarro
que el soldado que en fango sus glorias finca,
que ha hecho gemir al zipa bajo su carro
o temblar las heladas momias del Inca.
La cruz que nos llevaste padece mengua;
y tras encanalladas revoluciones,
la canalla escritora mancha la lengua
que escribieron Cervantes y Calderones.
Cristo va por las calles flaco y enclenque,
Barrabás tiene esclavos y charreteras,
y en las tierras de Chibcha, Cuzco y Palenque
han visto engalonadas a las panteras.
Duelos, espantos, guerras, fiebre constante
en nuestra senda ha puesto la suerte triste:
¡Cristóforo Colombo, pobre Almirante,
ruega a Dios por el mundo que descubriste!
Más cánticos:
Nicaragua,
Rubén Darío,
Textos Magnos
jueves, 31 de diciembre de 2009
Textos Magnos: "Romance del juramento que le tomó el Cid al rey Don Alfonso".
En santa Águeda de Burgos,
do juran los hijosdalgo,
le toman jura a Alfonso
por la muerte de su hermano;
tomábasela el buen Cid,
ese buen Cid castellano,
sobre un cerrojo de hierro
y una ballesta de palo
y con unos evangelios
y un crucifijo en la mano.
Las palabras son tan fuertes
que al buen rey ponen espanto.
—Villanos te maten, Alfonso,
villanos, que no hidalgos,
de las Asturias de Oviedo,
que no sean castellanos;
mátente con aguijadas,
no con lanzas ni con dardos;
con cuchillos cachicuernos,
no con puñales dorados;
abarcas traigan calzadas,
que no zapatos con lazo;
capas traigan aguaderas,
no de contray ni frisado;
con camisones de estopa,
no de holanda ni labrados;
caballeros vengan en burras,
que no en mulas ni en caballos;
frenos traigan de cordel,
que no cueros fogueados.
Mátente por las aradas,
que no en villas ni en poblado,
sáquente el corazón
por el siniestro costado,
si no dijeres la verdad
de lo que te fuere preguntando,
si fuiste, o consentiste
en la muerte de tu hermano.
Las juras eran tan fuertes
que el rey no las ha otorgado.
Allí habló un caballero
que del rey es más privado:
—Haced la jura, buen rey,
no tengáis de eso cuidado,
que nunca fue rey traidor,
ni papa descomulgado.
Jurado había el rey
que en tal nunca se ha hallado;
pero allí hablara el rey
malamente y enojado:
—Muy mal me conjuras, Cid,
Cid, muy mal me has conjurado,
mas hoy me tomas la jura,
mañana me besarás la mano.
—Por besar mano de rey
no me tengo por honrado,
porque la besó mi padre
me tengo por afrentado.
—Vete de mis tierras, Cid,
mal caballero probado,
y no vengas más a ellas
dende este día en un año.
—Pláceme, dijo el buen Cid,
pláceme, dijo, de grado,
por ser la primera cosa
que mandas en tu reinado.
Tú me destierras por uno,
yo me destierro por cuatro.
Ya se parte el buen Cid,
sin al rey besar la mano,
con trescientos caballeros,
todos eran hijosdalgo;
todos son hombres mancebos,
ninguno no había cano;
todos llevan lanza en puño
y el hierro acicalado,
y llevan sendas adargas
con borlas de colorado.
Mas no le faltó al buen Cid
adonde asentar su campo.
Más cánticos:
El Cid,
Romancero Español,
Textos Magnos
domingo, 8 de noviembre de 2009
Música Magna: "The Sign" de Alastis.
De opresivos sones y amplia cosmología alimentados, el siniestro sonido de Alastis, de helvética procedencia, meditar nos hace sobre el destino de la persona y las formas de plantarnos frente a una vida de insuperables abismos.
"The Sign", la precedente canción era, y en el disco "Unity", en el 2001 lanzado, encontrarla podéis.
"The Sign", la precedente canción era, y en el disco "Unity", en el 2001 lanzado, encontrarla podéis.
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jueves, 5 de noviembre de 2009
Música Magna: "Suspended Time" de Samael.
Contestáronse visitas con premura, correspondiéndose con galantería ambos, los cantantes Vorph y Vibeke Stene, durante el año 2007, en que ambos febrilmente ocupáronse de nuevos y sendos discos de sus bandas, cual fue "Solar Soul" para Samael en el caso del primero, e "Illumination" para Tristania la segunda. Posteado que ya hemos en el Magnoverso sobre la colaboración en el tema "Mercyside" con Tristania de Vorph, ahora la de Vibeke Stene en la de Samael hemos de incluir, cual es el tema "Suspended Time".
Mientras que abandonara Vibeke Stene su rol de vocalista en Tristania, después del disco del 2007, y siguiera tal banda sin sus efectos, anotárase Vorph con Samael en 2009 nuevo álbum, cual es el llamado "Above".
Mientras que abandonara Vibeke Stene su rol de vocalista en Tristania, después del disco del 2007, y siguiera tal banda sin sus efectos, anotárase Vorph con Samael en 2009 nuevo álbum, cual es el llamado "Above".
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lunes, 26 de octubre de 2009
Primera temporada de "Lie To Me".
Sueñan y gimen los productores de la televisión, porque grande ambición es la suya, con que cada nuevo programa que al aire emitan, crasa revelación ante el mundo sea, innovador y original resulte, y aún a cambiar el rumbo de la televisión, marcando época y sentando cátedra, llegue. Una de las series que tan hercúlea proeza intentádolo ha, “Lie To Me” es. Versa esta serie sobre las peripecias de Cal Lightman, científico especializado en el estudio de las microexpresiones, que por lo mismo ha aprendido a detectar si miente o es veraz, una persona determinada a quien interrogando esté.
De capítulos unitarios esta serie se compone, y mal por lo tanto de saga acá podemos hablar. Poquísimos eventos de cuantos suceden en un episodio, tienen repercusiones que sean vastas o graves para lo que suceda después. Asimismo, ni grandes arcos argumentales hay aquí presentes, ni demasiado evolucionan los personajes en el transcurso de los trece capítulos que a lo largo de la primera temporada se enhebran. Por tanto, dificultoso una reseña de los eventos de la serie hacer es. Mas, tal empresa habremos de tentar, porque ni en espadas germánicas ni en armas destructoras de mundos tan solo, la épica yace, sino en cuanta acción y aventura haya de proporcionarnos el Tonante Zeus.
Como de inicio lugar la serie tiene, cuando ya el Grupo Lightman constituido está. Cabezas del mismo son Cal Lightman, así como su asociada Kelli Williams, que tensas relaciones mantienen, por cuanto si bien son socios y por mutuo acuerdo obran, saben ellos muy bien, por motivos profesionales, detectar las mentiras a su alrededor, incluyendo la que ellos mismos se dirían entre sí; mas, si bien Cal Lightman carácter recio y áspero posee, por sibilino contraste dulce y comprensiva Kelli Williams es, y con esto, roces y pendencias que surgir podrían, de manera suave resuélvanse.
Asociados al equipo, Eli Loker y Monica Raymund están. Ya presente en el primer episodio aquél se encuentra; es hombre educado que acepta los postulados de la honestidad radical, que en decir la verdad siempre y en todo lugar consiste; mientras que ésta, incorporada que es al equipo en el primer episodio, como mujer sensitiva y detector de mentiras natural ella es revelada. Mientras que él posee la experiencia dentro del Grupo Lightman, ella posee el entusiasmo y el idealismo propios de quien como novata se ha sumado a una causa.
Juntos, varios casos el cuarteto investiga: ora el asesinato de una niña en una secundaria, ora una acusación de violar a una mujer soldado dentro del Ejército, ora determinar la localización de unos fondos perdidos por un gran fraude corporativo, ora un accidente con un millonario prototipo de la NASA, ora un caso de policías disparándole a un adolescente, bien librados saliendo por lo general de todos los desafíos. Mas, las cuestiones se van enredando. Cal Lightman su propio pasado afrontar debe, el cual incluye a su madre, que se ha suicidado, y lo ha impulsado por ello al estudio obsesivo y casi enfermizo, de rigor es decir, por las microexpresiones, además de lidiar con la paternidad de su hija haciéndose mujer, y con la reaparición de su ex esposa ahora divorciada de él, y con la cual sin resolver cosas existen aún. Kelli Williams, por su parte, problemas con su marido tiene, que en divorcio acabarán rematando. Eli Loker, víctima de su propia honestidad e integridad, resuélvese a traicionar una investigación para el Grupo, y no contento con ello, a su compañera Monica Raymund incluye, haciéndola su confidente y al encubrimiento empujándola, mas cuando todo se descubre, de empleado pagado a practicante sin paga degradado es. Y Monica Raymund debe lidiar con sus propios sentimientos, bien provengan de su pasado, bien provengan de conocer con demasiada certeza las mentiras de los hombres para aguantar una relación sentimental, bien emerjan de una autoestima a medias derruida que debe apoyarse en un exceso de autoexigencia profesional, bien crezcan a partir de una nueva relación sentimental que trunca quedará en vísperas de sangriento terrorista atentado que a Washington D.C. asola.
Buenos índices de audiencia la serie en su primera temporada en Estados Unidos obtuvo. Fuere por guiones bien armados, fuere por una temática nueva y original dentro de los programas en grupos de investigación criminal basados, fuere por un elenco bien encajado los unos con los otros, fuere por el ritmo liviano y ágil de cada capítulo, fuere, en fin, por una combinación de varias de estas razones o por todas ellas a la vez, el caso es que renovada fue la serie, y una segunda temporada en Estados Unidos empezóse a emitir, a nuevas aventuras por tanto el Grupo Lightman dirigiéndose.
ALIENTO…
…COSMOLÓGICO. 3 de 7. Grandes corporaciones, clientes ricos, agencias gubernamentales. Nada nuevo, pero es el marco principal y lo aceptamos como eso.
…AVENTURERO. 3 de 7. El punto de la serie claramente no está en escenas de acción, balaceras o explosiones. Pero se salva porque el ritmo de cada capítulo es rápido.
…EXÓTICO. 2 de 7. No hay exotismo por ninguna parte de la serie. Todo transcurre en los medios ambientes habituales: casas, oficinas, colegios, instituciones…
…MAQUIAVÉLICO. 5 de 7. Hay que admitirlo, a partir de una premisa bastante básica consiguen armar buenos guiones e historias.
…PASIONAL. 3 de 7. Los intentos por darle profundidad a cada personaje son un tanto penosos, pero como sirven para darle matices a la historia, los aceptaremos.
…TÉTRICO. 3 de 7. No hemos visto ni de lejos lo peor de la naturaleza humana. Ningún villano hasta la fecha ha resultado especialmente memorable.
…FILOSÓFICO. 5 de 7. Todos mienten. Eso es una verdad. Nadie está libre y nadie es inocente. Un interesantísimo filón para explotar.
PUNTAJE TOTAL: 49 PUNTOS EN LA ESCALA MAGNUS.
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viernes, 23 de octubre de 2009
Música Magna: "Mercyside" de Tristania.
Tristeza produce saber que, por distintos motivos, abandonado ha Vibeke Stone sus labores como vocalista de Tristania, otra destacada banda de Metal Sinfónico que Noruega por patria tiene. Mas, dejándonos una última joya, he aquí el tema "Mercyside". En éste, las voces masculinas por Østen Bergøy son cantadas, y como artista invitado, voces gurutales por Vorph son provistas, éste por vocalista de Samael de fama probada.
Encontrarse "Mercyside" puede, como canción que abre el disco "Illumination", que el año 2007 tiene por el de su lanzamiento.
Encontrarse "Mercyside" puede, como canción que abre el disco "Illumination", que el año 2007 tiene por el de su lanzamiento.
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jueves, 22 de octubre de 2009
Música Magna: "Meridian" de Sirenia.
De la grande ola de Metal Sinfónico, en su interior contenida, brilla con colores propios la banda Sirenia. Noruegos de procedencia, épicos de espíritu, en 2002 lánzase su primer disco, e inagúrase su era gloriosa con este tema, como "Meridian" conocido.
Este tema encontradlo podréis, si el disco "At Sixes and Sevens" buscáis, mas una versión acústica también disponible hay, también por Sirenia grabada, si del EP "Sirenian Shores" os premunís.
Este tema encontradlo podréis, si el disco "At Sixes and Sevens" buscáis, mas una versión acústica también disponible hay, también por Sirenia grabada, si del EP "Sirenian Shores" os premunís.
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Sirenia
viernes, 9 de octubre de 2009
Textos Magnos: "El cuervo" de Edgar Allan Poe.
VERSIÓN TRADUCIDA AL CASTELLANO:
Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido, oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran, tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —musité— un visitante tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”
¡Ah! aquel lúcido recuerdo de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día; en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor, Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.
Y el crujir triste, vago, escalofriante de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón, vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto queriendo entrar.
Algún visitante que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”
Ahora, mi ánimo cobraba bríos, y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón imploro,
mas el caso es que, adormilado cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar, a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.” Y entonces abrí amplia la puerta:
Oscuridad, y nada más.
Escrutando hondo en aquella negrura permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.
Vuelto a mi cuarto, mi alma toda, toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar, incluso que antes con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí, y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón se calme, y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!
De golpe abrí la puerta, y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia, ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
se posó en el busto de Palas, sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.
Entonces, este pájaro de ébano cambió mis tristes fantasías en sonrisa
con el grave y severo decoro del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—, no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador, evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”
Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significado tuviera su respuesta, Poco pertinente era.
Pues no podemos sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido viendo un pájaro sobre el dintel de su puerta,
ave o bestia, posado en el busto esculpido de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”
Mas el Cuervo, posado en el sereno busto, una palabra pronunció,
esa única palabra, como virtiendo su alma sólo en esa palabra.
Nada más dijo entonces; no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando: “Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará, como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”
Sobrecogido al romper el silencio tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice es su solo repertorio,
aprendido de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió sin dar tregua hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza llevaron sólo esa carga melancólica
de ‘Nunca, nunca más’.”
Mas el Cuervo arrancó todavía de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo, empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido, flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir granzando: “Nunca más.”
En esto cavilaba, sentado y silencioso, sin sílabas expresar,
frente al ave cuyos ojos encendidos, quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba, con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!
Entonces me pareció que el aire se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines con pisadas sobre el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido, por estos ángeles te ha otorgado
respiro, respiro de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”
“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica! ¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado por tempestad a este refugio
desolado e impávido, a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror! Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad? ¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”
“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica! ¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas, ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”
“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta. Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”
Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo, aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas, en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama tiende en el suelo su sombra.
Y mi alma, del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!
VERSIÓN ORIGINAL EN INGLÉS:
Once upon a midnight dreary, while I pondered, weak and weary,
Over many a quaint and curious volume of forgotten lore,
While I nodded, nearly napping, suddenly there came a tapping,
As of some one gently rapping, rapping at my chamber door.
"'T is some visiter," I muttered, "tapping at my chamber door—
Only this, and nothing more."
Ah, distinctly I remember it was in the bleak December,
And each separate dying ember wrought its ghost upon the floor.
Eagerly I wished the morrow:—vainly I had sought to borrow
From my books surcease of sorrow—sorrow for the lost Lenore—
For the rare and radiant maiden whom the angels name Lenore—
Nameless here for evermore.
And the silken sad uncertain rustling of each purple curtain
Thrilled me—filled me with fantastic terrors never felt before;
So that now, to still the beating of my heart, I stood repeating
"'T is some visiter entreating entrance at my chamber door
Some late visiter entreating entrance at my chamber door;—
This it is, and nothing more."
Presently my soul grew stronger; hesitating then no longer,
"Sir," said I, "or Madam, truly your forgiveness I implore;
But the fact is I was napping, and so gently you came rapping,
And so faintly you came tapping, tapping at my chamber door,
That I scarce was sure I heard you"—here I opened wide the door;—
Darkness there, and nothing more.
Deep into that darkness peering, long I stood there wondering, fearing,
Doubting, dreaming dreams no mortal ever dared to dream before;
But the silence was unbroken, and the darkness gave no token,
And the only word there spoken was the whispered word, "Lenore!"
This I whispered, and an echo murmured back the word, "Lenore!"
Merely this and nothing more.
Back into the chamber turning, all my soul within me burning,
Soon again I heard a tapping, somewhat louder than before.
"Surely," said I, "surely that is something at my window lattice;
Let me see, then, what thereat is, and this mystery explore—
Let my heart be still a moment and this mystery explore;—
'T is the wind and nothing more!"
Open here I flung the shutter, when, with many a flirt and flutter,
In there stepped a stately Raven of the saintly days of yore.
Not the least obeisance made he; not a minute stopped or stayed he;
But, with mien of lord or lady, perched above my chamber door—
Perched upon a bust of Pallas just above my chamber door—
Perched, and sat, and nothing more.
Then this ebony bird beguiling my sad fancy into smiling,
By the grave and stern decorum of the countenance it wore,
"Though thy crest be shorn and shaven, thou," I said, "art sure no craven,
Ghastly grim and ancient Raven wandering from the Nightly shore,—
Tell me what thy lordly name is on the Night's Plutonian shore!"
Quoth the Raven, "Nevermore."
Much I marvelled this ungainly fowl to hear discourse so plainly,
Though its answer little meaning—little relevancy bore;
For we cannot help agreeing that no living human being
Ever yet was blessed with seeing bird above his chamber door—
Bird or beast upon the sculptured bust above his chamber door,
With such name as "Nevermore."
But the Raven, sitting lonely on the placid bust, spoke only
That one word, as if his soul in that one word he did outpour.
Nothing further then he uttered—not a feather then he fluttered—
Till I scarcely more than muttered, "Other friends have flown before—
On the morrow he will leave me, as my hopes have flown before."
Then the bird said, "Nevermore."
Startled at the stillness broken by reply so aptly spoken,
"Doubtless," said I, "what it utters is its only stock and store,
Caught from some unhappy master whom unmerciful Disaster
Followed fast and followed faster till his songs one burden bore—
Till the dirges of his Hope that melancholy burden bore
Of 'Never—nevermore.'"
But the Raven still beguiling all my sad soul into smiling,
Straight I wheeled a cushioned seat in front of bird and bust and door;
Then, upon the velvet sinking, I betook myself to linking
Fancy unto fancy, thinking what this ominous bird of yore—
What this grim, ungainly, ghastly, gaunt and ominous bird of yore
Meant in croaking "Nevermore."
This I sat engaged in guessing, but no syllable expressing
To the fowl whose fiery eyes now burned into my bosom's core;
This and more I sat divining, with my head at ease reclining
On the cushion's velvet lining that the lamplight gloated o'er,
But whose velvet violet lining with the lamplight gloating o'er
She shall press, ah, nevermore!
Then, methought, the air grew denser, perfumed from an unseen censer
Swung by seraphim whose foot-falls tinkled on the tufted floor.
"Wretch," I cried, "thy God hath lent thee—by these angels he hath sent thee
Respite—respite and nepenthe from thy memories of Lenore!
Quaff, oh quaff this kind nepenthe, and forget this lost Lenore!"
Quoth the Raven, "Nevermore."
"Prophet!" said I, "thing of evil!—prophet still, if bird or devil!—
Whether Tempter sent, or whether tempest tossed thee here ashore,
Desolate yet all undaunted, on this desert land enchanted—
On this home by Horror haunted—tell me truly, I implore—
Is there—is there balm in Gilead?—tell me—tell me, I implore!"
Quoth the Raven, "Nevermore."
"Prophet!" said I, "thing of evil—prophet still, if bird or devil!
By that Heaven that bends above, us—by that God we both adore—
Tell this soul with sorrow laden if, within the distant Aidenn,
It shall clasp a sainted maiden whom the angels name Lenore—
Clasp a rare and radiant maiden whom the angels name Lenore."
Quoth the Raven, "Nevermore."
"Be that word our sign of parting, bird or fiend!" I shrieked, upstarting—
"Get thee back into the tempest and the Night's Plutonian shore!
Leave no black plume as a token of that lie thy soul hath spoken!
Leave my loneliness unbroken!—quit the bust above my door!
Take thy beak from out my heart, and take thy form from off my door!"
Quoth the Raven, "Nevermore."
And the Raven, never flitting, still is sitting, still is sitting
On the pallid bust of Pallas just above my chamber door;
And his eyes have all the seeming of a demon's that is dreaming,
And the lamplight o'er him streaming throws his shadow on the floor;
And my soul from out that shadow that lies floating on the floor
Shall be lifted—nevermore!
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miércoles, 30 de septiembre de 2009
Música Magna: "Black & Silver" de Xandria.
Por cierto teníamos que días habrían de abundancia, y días habrían de fajarse el cinturón. Porque hay un tiempo para sembrar, y un tiempo para cosechar. Y, siendo magro de momento el material con el cual festejar a los lectores del Magnoverso, habránse éstos de conformar con un poco más de material. Mas, que épica no falte aquí, y burla burlando, en aquesta ruta seguimos.
De Xandria, teutónica banda que electrónica y metal sinfónico en su arte combina, este tema es, que por "Black & Silver" mentado es, y al disco "India", en 2005 al público descubierto, pertenece.
De Xandria, teutónica banda que electrónica y metal sinfónico en su arte combina, este tema es, que por "Black & Silver" mentado es, y al disco "India", en 2005 al público descubierto, pertenece.
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lunes, 28 de septiembre de 2009
Música Magna: "Rasiya" de Richa Sharma y Bonnie Chakraborty.
Antigua y gloriosa civilización, hundida en el misterio, también de la épica es la India continente. Y nuevo milagro en fecha reciente han hecho, cual es levantar al margen de todo el comercio cinematográfico planetario, su propio cine, que por Bollywood es conocido. Conocidas por sus números musicales estas películas son, y he aquí un ejemplo:
Por la cantante Richa Sharma, acompañada de Bonnie Chakraborty, esta canción interpretada es, cual es "Rasiya". Pertenece ésta, no lo hemos dicho, mas lo diremos, a la película "El principio: La balada de Mangal Pandey", compuesta que fuera su banda sonora por A. R. Rahman, quien con los servicios de Javed Akhtar en las letras contara
Por la cantante Richa Sharma, acompañada de Bonnie Chakraborty, esta canción interpretada es, cual es "Rasiya". Pertenece ésta, no lo hemos dicho, mas lo diremos, a la película "El principio: La balada de Mangal Pandey", compuesta que fuera su banda sonora por A. R. Rahman, quien con los servicios de Javed Akhtar en las letras contara
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sábado, 26 de septiembre de 2009
Textos Magnos: "En una estación de ferrocarril" de Lafcadio Hearn.
Séptimo día del sexto mes veintiséis de Meiji.
Ayer un telegrama de Fukuoka anunció que un desesperado criminal capturado allí sería traído hoy a Kumamoto para su juicio, en el tren pasado el mediodía. Un policía de Kumamoto había ido a Fukuoka para hacerse cargo del prisionero.
Cuatro años antes un fuerte ladrón había ingresado a algunas casas por la noche en la Calle de los Luchadores, aterrorizando y atando a los ocupantes, llevándose una cantidad de cosas valiosas. Rastreado hábilmente por la policía, fue capturado dentro de las veinticuatro horas, aún antes de que pudiera disponer de su botín. Pero cuando fue llevado a la estación de policía rompió sus ataduras, le arrebató la espada a su captor, lo mató y escapó. No se había oído nada más de él hasta la semana pasada.
Entonces sucedió que un detective de Kumamoto, que se encontraba visitando la prisión de Fukuoka, vio entre los trabajadores una cara que había estado grabada durante cuatro años en su cerebro.
-¿Quién es ese hombre? -le preguntó al guardia.
-Un ladrón -fue la respuesta- registrado aquí como Kusabe.
El detective se acercó al prisionero y dijo:
-Tu nombre no es Kusabe. Nomura Teiichi, se te reclama en Kumamoto por asesinato.
El criminal confesó todo.
Fui con una gran horda de gente a ver la llegada a la estación. Esperaba escuchar y ver ira, temí aún que hubiera violencia. El oficial asesinado había sido muy querido; sus parientes ciertamente estarían entre los espectadores, y una multitud de Kumamoto no es muy amable. También pensé que encontraría muchos policías en servicio. Mis presentimientos estaban errados.
El tren se detuvo en la escena usual de prisa y ruido, corridas y traqueteo de pasajeros usando geta, griterío de niños queriendo vender periódicos japoneses y limonada de Kumamoto. Esperamos afuera de la barrera por aproximadamente cinco minutos. Luego, empujado a través de la puerta por un sargento de policía, apareció el prisionero... un hombre enorme, de apariencia salvaje, con la cabeza gacha y los brazos sujetados en la espalda. Ambos, prisionero y guardia, se detuvieron frente a la portezuela; y la gente se apretujó para ver, pero en silencio. Luego el oficial gritó:
-¡Sugihara-san! ¡Sugihara O-kibi! ¿Está ella presente?
Una pequeña mujer parada cerca de mí, con un niño en sus espaldas, respondió "Hai!" y avanzó a través de la prensa. Esta era la viuda del hombre asesinado; el niño que llevaba era su hijo. Ante una señal de la mano del oficial la multitud retrocedió, para dejar un espacio para el prisionero y su escolta. En ese espacio se paró la mujer con el niño enfrentándose al asesino. El silencio era mortal.
Luego el oficial habló, no a la mujer, sino únicamente al niño. Habló bajo, pero tan claramente que yo pude captar cada sílaba:
-Pequeño, este es el hombre que mató a tu padre hace cuatro años. Tú no habías nacido aún; estabas en el vientre de tu madre. Que no tengas ahora un padre que te ame es obra de este hombre. Míralo -aquí el oficial, poniendo una mano en la barbilla del prisionero, lo forzó duramente a levantar la vista- ¡míralo bien! No tengas miedo. Es doloroso; pero es tu deber. ¡Míralo!
Sobre la espalda de la madre el niño observó con los ojos muy abiertos, como con temor, luego empezó a sollozar: luego sobrevinieron lágrimas; pero firme y obedientemente miró, miró, miró derecho en la cara acobardada.
La multitud pareció haber dejado de respirar.
Vi que las facciones del prisionero se distorsionaban; lo vi caer súbitamente sobre sus rodillas a pesar de sus grilletes, y golpear duramente su rostro contra el polvo, gritando apasionadamente con remordimiento haciendo que el corazón de uno se sacudiera:
-¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdóname, pequeño! Lo que hice, no lo hice por odio; sino únicamente por el miedo loco, en mi deseo por escapar. He sido muy, muy malvado; ¡te he causado un mal abominable! Pero ahora por mi pecado voy a morir. ¡Deseo morir; me alegro de morir! Entonces, pequeño, ¡sé piadoso! ¡Perdóname!
El niño aún lloraba silenciosamente. El oficial levantó al tembloroso criminal: la multitud muda se dividió a izquierda y derecha para permitirles el paso. Entonces, bastante súbitamente, la multitud entera comenzó a sollozar. Y mientras el guardián bronceado pasaba, vi lo que nunca antes había visto -lo que pocos hombres han visto jamás- lo que probablemente nunca más vuelva a ver otra vez: las lágrimas de un policía japonés.
La multitud retrocedió, y me dejó asombrado sobre la extraña moralidad del espectáculo. Aquí había justicia inquebrantable aunque compasiva, forzando el reconocimiento de un crimen mediante el patético testimonio de su resultado más simple. Aquí había remordimiento desesperado, rogando únicamente por perdón antes de morir. Y aquí había un populacho -probablemente el más peligroso en el imperio cuando se enoja- comprendiéndolo todo, tocado por todos, satisfecho con la contrición y la vergüenza, y lleno, no con furia, sino solo con el gran pesar del pecado, a través de la simple y profunda experiencia de las dificultades de la vida y la debilidad de la naturaleza humana.
Pero el más significativo, porque es el más oriental, hecho del episodio fue que apelar al remordimiento había sido hecho a través del sentido de paternidad del criminal, aquel amor potencial por los niños que es una parte tan grande del alma de todo japonés.
Hay una historia de que el más famoso de los ladrones japoneses, Ishikawa Goemon, entrando una noche a una casa para matar y robar, fue encantado por la sonrisa de un bebé que extendía sus brazos hacia él, y que permaneció jugando con la pequeña criatura hasta que toda posibilidad de llevar a cabo su propósito se perdió.
Esta historia no es difícil de creer. Cada año los registros de la policía hablan de la compasión demostrada hacia los niños por profesionales criminales. Algunos meses atrás se reportó en los periódicos locales un terrible caso de asesinato, la masacre de una familia por ladrones. Siete personas fueron literalmente cortadas en pedazos mientras dormían, pero la policía descubrió un niño pequeño completamente intacto, llorando solo en un charco de sangre; y encontraron evidencia inconfundible de que los asesinos habían tenido gran cuidado en no herir al niño.
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