lunes, 20 de julio de 2009

Mafalda.

Parece ser, mis caros, según toda posible previsión, que de los países hispanos la épica no es un privilegio. Hínchanse los corazones e inflámanse las almas anglosajonas e indoeuropeas con las grandes hazañas y hechos de broncíneos guerreros que destruyen villanos y que de monstruos buena cuenta dan, mas en nuestra subdesarrollada Latinoamérica, vanas parecen ser las esperanzas de que épica decente del fango surja. Obras lo han intentado, sí, lo han intentado con pasión y acrimonia, mas pareciérenles faltar el aliento épico de la reivindicación. Quisiéranse los intelectuales y escritores latinoamericanos rescatar una tradición quietista prehispánica, ora real, ora producto de sus cogitaciones calenturientas, y, por ello espoleados a rechazar en bloque todo intento de épica, de lo movedizo, de la lucha contra la existencia, resiéntese la épica de lo latino fuertemente por eso. Habremos a continuación de analizar la épica de una de las más representativas tiras cómicas latinoamericanas, cual es la que por Mafalda tiene la gracia de ser conocida.

Origínase Mafalda ni en el vibrante aliento épico de la Hispanidad transplantada a tierra virgen americana, ni en la sangre autóctona emergiendo desde lo profundo de la piedra originaria, sino en los prosaicos reclamos de una aséptica y occidentalizante empresa de electrodomésticos, quiénes interesado habíanse en una tira sobre una familia típica de clase media, que de electrodomésticos de dicha marca valíanse para sus quehaceres cotidianos. Tenía por apelativo, la protagonista de la tira, la gracia de Mansfield, mas notóse en exceso el afán comercial de la tira, algo que en la época, pues hablamos del Año de la Era Común de 1962, tiempos en que aún no concebíase el product placement e indigna maniobra tales cosas consideraba el lector y el empresario silvestre, rechazado con todos sus fueros había de ser. Archivóse entonces la tira, mas su dibujante, Quino, no queriendo darla por terminada, y viendo buena cosa el reciclar trabajos anteriores, aceptó así los requerimientos de su amigo Julián Delgado, y ofrecióle la tira, mas cambiándole ahora el nombre a Mafalda.

Principió la tira de Mafalda de la manera más simple posible, siendo repetitivo su esquema, en que desde su ingenuo infantil punto de vista, ponía en aprietos Mafalda a sus padres, formulándoles preguntas que estaban supuestamente de su rango de edad fuera, recibiendo las respuestas de éstos, que por ser convencional la familia, convencionales también eran en su enunciación, haciendo Mafalda un irónico comentario final, que de apostilla final servía. Mas, agotándose dentro de lo previsible esta fórmula, en un medio de tan alta rotación como podía serlo el periodismo, hubo Quino de abrirse nuevos cauces para seguir explotando al personaje. Y hubo de crearles amiguitos, conformándose así una banda de chicos en los cuales, en pequeño, reflejábanse las vicisitudes y tensiones de la vida familiar.

Prominente amiga hubo de ser Susanita, que a través de su estrecha y predeterminada visión de la vida, contrapunto perfecto para el inconformismo de Mafalda era, puesto que siendo la protagonista adalid de la emancipación femenina, la autorrealización de la mujer y el cuestionamiento del mundo el cual como agente alinenante de las esperanzas humanas funciona, bregaba Susanita por todos los valores contrarios, teniendo por considerados la esclavitud de la mujer al esquema de vida que la tradición y la sociedad le han predeterminado, la sumisión a los roles tradicionales de género, y el conformismo respecto a las divisiones e injusticias sociales, revestidas apenas de una pátina de sentimentalismo hipócrita del cual perfectamente inconsciente es. Como de esperarse es en tal coyuntura, sostenedora de la relación Mafalda es, toda vez que siendo egocéntrica como es, Susanita incapaz de empatizar con nadie se muestra, mientras que Mafalda, siempre criticándolo todo, es capaz en Susanita de encontrar aspectos positivos.

Con acierto representa Felipito a otro estereotipo social, cual es el hombre moderno en eterna duda entre dos tendencias opuestas, cuales son su bullente vida creativa interior por un lado, y por el otro las imposiciones sociales que buscan encauzar y enrielar sus talentos y aptitudes. Mas Felipito, si bien laxo en el cumplimiento de las tareas y deberes y esforzándose por encajar, dejado a su entera libertad demuestra un enorme poder creativo, además de una bondad innata, que la corrupción de la sociedad no consiguen borrarle.

Tales contradicciones y dudas que tanto contra Felipito hacen por atormentarle, bien resueltas las tiene Miguelito. Chico conocedor de su propia valía, rebelde contra las absurdamente relamidas instrucciones de unos padres que sólo saben de prohibiciones, no trepida en autovalidarse a cada paso de la vida que da.

Está en el extremo contrario Manolito se encuentra, que como el hijo del tendero del barrio es reconocido, quien ha de sufrir constantemente una presión paterna que, a fuerza de brutalidad malamente entendida como cariño, por socavarle toda la personalidad ha terminado, convirtiéndole así en un grosero materialista sin personalidad propia, mas, al carecer de un alma que le sea suya y particular, no hay resortes en su personalidad que le lleven al empuje y la autosuperación. En su materialismo y falta de ideales, hundido en la falta de autoestima se encuentra Manolito, con pocas esperanzas de salir, puesto que la única fuga hacia delante que visualiza, es la de seguir la senda que por socavarlo tanto ha hecho, hundiéndose por tanto más y más en una espiral sin fin. Irónicamente a pesar que con tanto ahínco busca la adaptación y la integración social, rigiéndola según principios prácticos y materialistas, y sacrificando su propia persona en el proceso, su rudeza de modales y su espíritu zafio le han ganado el odio de Susanita, que también personalidad conformista es, pero que imbuida de espíritu más tradicionalista, tiende a mirar a Manolito como una especie de advenedizo, en reflejo perfectamente simétrico de la antipatía que los acomodados de rancio abolengo suelen sentir por los advenedizos que pujan por hacerse un lugar.

Llámase Guille el hermanito de Mafalda, y ambos difícil convivencia deben empezar, ora como hermanitos que se apoyan el uno al otro, ora rivalizando entre sí por el cariño de sus padres. Como recién nacido, es Guille ejemplo de narcisismo que educado aún debe ser, y sufre Mafalda por ello. Mas, aunque egocéntrico como todo neonato, es Guille hombre de buen corazón, y apoya a Mafalda y la admira como hermana mayor.

Ultima invitada al barrio, la más política de todas las amigas de Mafalda, Libertad es. Pequeña de estatura, un chiste político su existencia misma es. Trabaja su madre como traductora, e inoculada con ideas políticas de izquierda encuéntrase ella. Entiéndese bien en general con Mafalda, pero siendo Libertad más, por decirlo en términos romances, papista que el Papa, suena a veces más incendiaria que la misma Mafalda. Después de todo, escéptica es Mafalda respecto del Gobierno y los poderes establecidos, pero no menos mala opinión se gasta sobre el comunismo y las ideologías de izquierda, mientras que Libertad tiene tales preferencias claras.


ALIENTO…

…COSMOLÓGICO. 3 de 7. La Argentina semiproletaria y semicolonial de mediados del siglo XX. Nada demasiado remarcable aquí.

…AVENTURERO. 4 de 7. Un puntito extra por las escenas en que Felipito desata su imaginación desbordante, creyéndose el Llanero Solitario y similares.

…EXÓTICO. 2 de 7. ¿Una tira cómica ambientada en Argentina, que no presenta tangos, bifes chorizos, o gauchos? Pero, ¿en qué demonios estaba pensando Quino?

…MAQUIAVÉLICO. 2 de 7. Nadie espere encontrar a la madre de las conspiraciones aquí.

…PASIONAL. 6 de 7. A veces demasiado retórica, a veces demasiado declamativa, pero Mafalda sigue teniendo ese especial inconformismo con un mundo que, admitámoslo, justo y equitativo no es.

…TÉTRICO. 0 de 7. Olvídenlo. No hay villanos carismáticos de ninguna clase. De hecho, no hay villanos y punto. Ni Susanita en sus peores días, para que vean.

…FILOSÓFICO. 7 de 7. La evidencia clara de que no necesitas un gran manual de crítica contra el mundo para ver que algo anda mal, sino que un par de chistes con filo bastan y sobran.

TOTAL: 49 PUNTOS EN LA ESCALA MAGNUS.

1 comentario:

IYAX dijo...

Churo el blog... que grandeeee Mafalda!!!

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