miércoles, 16 de septiembre de 2009

"1000 Fires" de Traci Lords.


Verdad noble de la vida es que la épica versa sobre lo increíble, sobre lo singular, sobre lo que rompe esquemas y moldes, toda vez que tales cosas difíciles o tardas de encontrar son. Banales y corrientes son las vidas de casi toda la gente, y por tales motivos, el componente épico está en las grandes personalidades, las que rompen moldes y esquemas, las que van un paso más allá. Entre tales contingentes, con Traci Lords hemos de contar, toda vez que, si bien del porno fue estrella, no es menor que lo haya sido en la categoría infantil, contrariando todas las leyes sobre el tema vigentes, para después, cuando arruinada y terminada su vida parecía, en cantante y actriz de serie B hubo de reconvertirse. Mas, no es sobre la vida de esta peculiar criatura que hemos de hablar, sino sobre uno de sus hitos, cual fue el lanzamiento de su disco “1000 Fires”, en el año 1995.


Cinco años habían desde que, pasando a la mayoría de edad, filtrárase el rumor de que, no habiendo alcanzado la edad del consentimiento, material pornográfico había rodado. Acabada parecía su carrera, mas ella, dándose maña, alguna participación tenido había en materias musicales. Y, ni corta ni perezosa, dióse entonces a la tarea de invadir el campo musical sacando su propio disco de canciones. El resultado es, habránlo adivinado vosotros, el mencionado “1000 Fires”.


Pasado podría este disco como un CD de discoteca cualquiera, mas Traci Lords, con sagacidad, dióse en asesorar por Juno Reactor, que a la sazón alzábase en popularidad en el ambiente del techno, del trance, del rave y del goa, y por Mike Edwards, que hacía lo propio para una banda llamada Jesus Jones, de claramente más industriales tintes en su música. Frutos abundantes dio esta colaboración, y si bien en la electrónica de los noventas encasillado, “1000 Fires” tiene un sabor propio. Sobre estos temas, si bien Traci Lords una gran voz no posee, o al menos bien no luce, con sobras compensa tales pequeñas falencias con mucha pasión, adrenalina e incluso sentimiento, rara piedra de toque ésta en la frialdad general de la música electrónica.


Dos singles de este disco salieron, ambos con su correspondiente videoclip. Primero de ellos es “Control”, que en versión instrumental, señalado fue esto acá con anterioridad, en la banda sonora de “Mortal Kombat” utilizado fuera. A este adrenérgico tema siguió “Fallen Angel”, que siendo más lento e intimista, con la escena alternativa de su tiempo bien conectaba. Ambos videoclips grabados fueron con una estética propia de los ingenios de su clase en la época, en particular el segundo, con colores chillones y maquillaje recargado.


Mas, no sólo como obra musical, sea que buena, sea que mala, hemos de ver a “1000 Fires”, porque de apercibirnos hemos, que no otra cosa Traci Lords podría haber grabado, a saber, un disco en que por un lado exhíbese como una depredadora sexual, que tal cosa es el tema “Control” y en menor medida “Fallen Angel”, para luego dar paso a canciones más intimistas y dejar de lado la rebeldía, para dejarnos vera fragilidad entrever aquí. Criatura alienada de todas partes, abusada de niña y joven, actriz pornográfica a una edad en que ni por leyes ni por psicología debía serlo, con una carrera y una vida entera terminadas con dieciocho mayos apenas, buscando su propio lugar en un mundo que como pasada de moda la miraba, el disco es casi un alarido personal sin perder la compostura, una rara alquimia de luchadora con mujer contemplativa. Cabe pensar, claro está, que ante otra de las caras de Traci Lords habemos de topar, y en qué llamarse a error, ella maestra en engaños lo fue apenas empinándose en la pretendida inocencia de la juventud, mas si tal fuere el caso, queda un disco que, ora lo consideremos música bailable, ora lo consideremos un manifiesto personal, es ante todo el retrato de una mujer de múltiples dimensiones que por vencido nunca se da. Y de tales materias está compuesta la épica.


ALIENTO…

…COSMOLÓGICO. 4 de 7. No es un disco de canciones cosmológicas ni filosóficas, desde luego, pero por temas como “Good-N-Evil” o “Outlaw Lover”, merece un puntito de bonus.

…AVENTURERO. 4 de 7. Por algo la versión instrumental del tema “Control” fue utilizado en el soundtrack de “Mortal Kombat”. Y le daríamos más, pero tiene demasiados temas tranquilos, que podrán ser buenos, pero definitivamente no son épicos.

…EXÓTICO. 3 de 7. Por el ambiente un tanto extraño que se consigue en “Good-N-Evil”, más que nada.

…MAQUIAVÉLICO. 3 de 7. No puede ser llamado un disco maquiavélico… Salvo por ese cántico contra su padre abusivo que es “Father’s Field”.

…PASIONAL. 5 de 7. ¿Conseguir pasión con un CD bailable de discoteca? Este lo consigue: ganas de golpear en “Control”, sordidez en “Fallen Angel”, inquietud en “Good-N-Evil”, y un aire impulsivo en “Outlaw Lover”.

…TÉTRICO. 3 de 7. Más que nada por “Good-N-Evil”, que de verdad suena como una canción en que se estuvieran enfrentando el bien y el mal, sin necesidad de recurrir al cliché de los coros góticos ni las orquestaciones ampulosas.

…FILOSÓFICO. 3 de 7. A diferencia de otros discos meramente bailables, éste sí que a veces se adentra en temas un poquito más espinudos que de costumbre (bien versus mal, abuso paterno, algo de crítica social…). Vale por eso.

PUNTAJE TOTAL: 51 PUNTOS EN LA ESCALA MAGNUS.

No hay comentarios:

Blog Widget by LinkWithin